Abarth considera volver a los motores de gasolina en medio de la caída de las ventas de vehículos eléctricos

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Abarth, la marca centrada en el rendimiento de Stellantis, está sopesando volver a los vehículos de gasolina en Europa, ya que las ventas de vehículos eléctricos van por detrás de las expectativas. El cambio se produce después de que la marca se comprometiera con una línea totalmente eléctrica con modelos como el 500e y el 600e, una estrategia que parece resultar contraproducente para los entusiastas.

La desconexión entre Abarth y sus clientes

La cuestión central es simple: Los clientes de Abarth valoran la capacidad de modificar sus vehículos, una libertad severamente restringida con los sistemas de propulsión eléctricos. A diferencia de los motores de combustión interna (ICE), los motores eléctricos ofrecen oportunidades limitadas de ajuste, chipping o actualizaciones de posventa, que son parte integral de la experiencia Abarth para muchos propietarios. Como señaló Gaetano Thorel, jefe europeo de Abarth, los entusiastas quieren libertad para hacer ajustes.

Las cifras de ventas cuentan la historia

Las cifras de ventas subrayan este descontento. En el Reino Unido, Abarth ha vendido solo 273 automóviles este año, una fuerte disminución con respecto a los 954 del mismo período del año pasado y una caída dramática con respecto a las 5.631 unidades vendidas en 2018. Estas cifras sugieren una clara preferencia de los consumidores por las características tradicionales de Abarth que los modelos eléctricos no logran ofrecer.

El Fiat 500 Hybrid como posible solución

La marca ahora está explorando un regreso a la energía de gasolina utilizando la plataforma Fiat 500 Hybrid. Esta no es la primera vez que Stellantis da marcha atrás en la electrificación; El 500 híbrido era esencialmente una versión ICE con ingeniería inversa del 500e eléctrico, creada después de que las ventas de este último tuvieran un rendimiento inferior.

Sin embargo, el actual motor de 1.0 litros del 500 Hybrid produce sólo 64 caballos de fuerza, con un tiempo glacial de 0 a 62 mph de más de 16 segundos. Esto está muy por debajo del rendimiento por el que Abarth es conocido, y la entrega de par a bajas revoluciones del motor no coincide con el carácter de altas revoluciones que se espera de la marca.

Desafíos de ingeniería y realidades financieras

La propia plataforma presenta obstáculos importantes. El chasis del 500e no fue diseñado para un motor de combustión, lo que dejaba un espacio mínimo para unidades más grandes y potentes y sistemas de refrigeración adecuados. Insertar un motor adecuado en el marco existente probablemente sería una tarea de ingeniería compleja.

Además, desarrollar un Abarth de gasolina a medida para un nicho de mercado sería costoso, lo que genera preocupaciones entre los contables de Stellantis. A pesar de estos desafíos, Thorel confirma que la marca está “intentando” que funcione.

¿Qué sigue para Abarth?

Si tiene éxito, el retorno a la gasolina podría extenderse más allá del 500, abriendo potencialmente la puerta a las versiones de combustión del 600 y futuros modelos Abarth. Este cambio no sólo remodelaría la línea 500 sino que también señalaría una reevaluación más amplia de la estrategia de electrificación de Stellantis para marcas orientadas al rendimiento.

El posible regreso de Abarth a la gasolina es una clara admisión de que la electrificación, si bien es inevitable, no se traduce automáticamente en un atractivo para los entusiastas. La lucha de la marca subraya la importancia de comprender y atender a su audiencia principal, incluso si eso significa desafiar tendencias más amplias de la industria.