Nissan está superando silenciosamente a muchos competidores en confiabilidad de vehículos, con una tasa de retiro de vehículos significativamente menor en 2025. Si bien las ventas aumentaron un 5,3% en el tercer trimestre, el control de calidad interno de la compañía se destaca como un factor clave de este éxito. Esto no es accidental. Es el resultado de un grado inusual de integración vertical en sus operaciones de fabricación en Estados Unidos.
El panorama del retiro del mercado: Nissan se destaca
La industria automotriz enfrenta constantes problemas de calidad, lo que resulta en frecuentes retiradas del mercado. General Motors ha emitido 36 retiros del mercado este año, Chrysler 46 y Ford la asombrosa cantidad de 138. En contraste, Nissan (incluido Infiniti) ha tenido solo nueve. Esta dramática diferencia no es simplemente suerte. Es una estrategia deliberada.
Integración vertical: del acero en bruto a los motores terminados
La planta de Nissan en Decherd, Tennessee, funciona como un taller de motores autónomo. A diferencia de muchos fabricantes de automóviles que dependen en gran medida de proveedores externos, Nissan fabrica motores enteramente internamente, comenzando con las materias primas. Las láminas de acero ingresan a las instalaciones y los componentes del motor completamente funcionales salen. Este nivel de control elimina muchos de los problemas de calidad derivados de proveedores externos.
El beneficio clave es la precisión: la subcontratación requiere compromiso, pero el método de Nissan les permite imponer tolerancias como garantía.
Control de calidad de laboratorio
Dentro de la planta de Tennessee, la calidad no sólo se controla; está diseñado. Las piezas se inspeccionan hasta el nivel de micras (70 veces más pequeñas que un cabello humano). El laboratorio de medición en sí está construido sobre una base que amortigua las vibraciones para garantizar que las lecturas no estén sesgadas.
Esta precisión no se trata sólo de detectar errores; se trata de prevenirlos.
Nissan también somete sus motores a pruebas brutales. Los técnicos empujan intencionalmente los motores hasta el fallo con bajo nivel de aceite, sobrecalentamiento y altas RPM continuas. El objetivo es identificar los puntos débiles antes de que lleguen a los consumidores.
Producción de rayos X: una inversión millonaria en calidad
Nissan va aún más lejos y utiliza una máquina Nikon VOXLS 40 c 450 de 1,2 millones de dólares para radiografiar y escanear por tomografía computarizada las piezas directamente desde la línea de montaje. Esto permite a los ingenieros encontrar posibles fallas antes de enviar los vehículos.
Recuerdos y realidad: lo que revelan los problemas de Nissan
Incluso con este control estricto, todavía se producen retiradas del mercado. El mayor retiro de Nissan de este año afectó a más de 440.000 vehículos debido a un posible problema en los cojinetes del motor. Sin embargo, la compañía informa que menos del 2% de esos vehículos realmente tienen el defecto.
Esto sugiere que el control de calidad extremo está funcionando: incluso cuando surgen problemas, a menudo se detectan temprano o resultan menos graves de lo que se temía inicialmente.
En última instancia, la estrategia de Nissan de control total de la producción parece estar dando frutos. Al eliminar las dependencias externas e implementar precisión a nivel de laboratorio, la empresa está fabricando vehículos con menos defectos y menos retiradas del mercado. No se trata sólo de ahorrar dinero; se trata de construir una reputación de confiabilidad en un mercado competitivo.













































